viernes, 14 de agosto de 2020

La Bella y la Bestia - Villeneuve-Beaumont


Su historia en sí es un misterio, puesto que nace del folklore de los cuentos de hadas allá por el siglo XVI y aunque se dice que la historia es francesa también se dice que existe una versión escrita (original y con otro título) por el escritor italiano Gianfrancesco Straparola allá por 1550 por ende, su creación y originalidad es algo desconocido y confuso y tema de discusión, más que todo porque se cree que fue algo real o al menos, una referencia real por haber existido (en esa época) una persona que padecía una extraña enfermedad congénita que lo llevaba a tener un exceso de vello en la cara y cuerpo haciéndole ver un verdadero “hombre lobo” pero que eso no impidió que llegara a tener una esposa y matrimonio como los demás. Se dice entonces que esto fue la “fuente de inspiración” para la obra.
Independientemente también se cree que todos los escritores posteriores que han recopilado cuentos han sido influenciados por él, (Straparola) como el gran Perrault.
Pero yo vengo a dar mi opinión en esta reseña porque tengo el privilegio de poseer como libro las dos versiones (juntas) y así poder hablar con conocimiento de causa.

Versión Villeneuve:
Llamada la versión original “La Bella y la Bestia” de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve fue publicada en 1740 y narra la desgracia de un rico comerciante, padre de doce hijos (seis varones y seis mujeres) que luego de vivir en la opulencia, de la noche a la mañana comienza a perder todo hasta quedar en la ruina e irse de la ciudad a la provincia. Luego de un tiempo se le avisa que uno de sus barcos fue rescatado con todo su contenido y él decide ir porque ve la luz que necesita para salir de la precaria situación en la que viven pero sus acreedores se le adelantaron, adueñándose de todo y él regresa con sus hijos igual de pobre como salió de su casa. Antes de este viaje es cuando sus hijas le piden regalos (obvio porque contaban con la fortuna de vuelta) pero la menor, Bella le pide sólo una rosa porque donde viven no hay ninguna y ella desea tener la flor. Pues a la vuelta de ese viaje es cuando el destino hace de las suyas porque extrañamente se pierde en el bosque y va a dar a un desconocido y mágico lugar que lo atiende como viajero cansado, se trataba de un palacio. Pero recordando el regalo de su hija Bella —y que es lo único que puede llevar— al mirar una hermosa enramada de rosas corta una y es aquí donde el anfitrión del lugar se da a conocer y enojado le sentencia a morir por la afrenta (del robo) por cómo le pagó la hospitalidad. El hombre le explica con terror el porqué lo hizo y entonces la Bestia le permite volver a su casa para despedirse de sus hijos pero que a su regreso traiga consigo a una de sus hijas, a esa que será capaz de ofrecerse voluntariamente en su lugar y sólo así le perdonará la vida. La vida de él a cambio de que una de sus hijas ocupe su lugar en el palacio. Es así como Bella (por ser quien pidió la rosa y se siente culpable por el lío desatado) regresa con él a la morada de la Bestia para quedarse en lugar de su padre. Sin embargo, su estadía es algo extraña pues se da cuenta que el lugar está encantado y que a su anfitrión sólo lo verá de noche durante la cena pero en sus sueños (cuando duerme) se le presenta un apuesto desconocido que se hace algo así como un amigo imaginario (y del que ella se enamora.) Luego de un tiempo, Bella le pide a la Bestia visitar a su familia y a su padre porque lo extraña y él la complace pero dándole un tiempo para regresar a él porque si no morirá. Llena de regalos para su familia y portando un anillo mágico que la traerá de vuelta a la Bestia en el día acordado, ella se va y pasa el tiempo permitido con su familia pero les dice el trato con la Bestia y pese a los ruegos de su padre, hermanos varones (las mujeres no la quieren porque le tienen envidia) y algunos pretendientes que hasta montan guardia para impedir que regrese, ella no hace caso y cumple su promesa gracias a la magia del anillo pero lo hace para encontrarlo agonizante, ella le confiesa sus sentimientos al verlo casi muerto y eso le devuelve algo de salud a la Bestia fortaleciéndolo.

No obstante, el libro indica que él le había pedido en ocasiones anteriores dormir con ella, algo que la joven le había negado pero a su regreso ella accede bajo promesa de matrimonio y es en esa noche donde la magia se manifiesta. La Bestia cae en profundo sueño al sólo acostarse y por la mañana la Bella se lleva la sorpresa de su vida al verlo como hombre pero sin poder despertarlo, ¡el mismo hombre que ha visto en sus sueños y del que se había enamorado! (¡¿por qué no me pasa a mí algo igual?!😕) siendo que en ese momento recibe la visita de un hada y de la reina, madre del príncipe durmiente que ha dejado su apariencia bestial. (A esto llamo yo “una suegra que arruina el cuento” y ya verán por qué.😠) Es en este punto donde comienza “una cuesta arriba” (y lo digo yo) en la lectura porque no sólo se desentraña todo el misterio de la historia con un relato contado por él (que no me parece mal) sino porque la reina, que dice estar agradecida con la Bella por haber salvado a su hijo, ni así le parece digna de desposarse con él porque él tiene sangre noble real que no debe mezclarse con alguien inferior (ven por qué les digo que la suegra llegó para arruinar todo, es que ni en los cuentos se salvan las condenadas😣) pero lo que sí sentí aún más aburrido fue el relato del hada cuando hace llegar al rey (tío del príncipe) y destapa todo el misterio y todo lo oculto, revelando entonces el origen de la Bella y en lo que se ha basado la historia, llevando al lector a la sorpresa (aunque algo predecible) y en consecuencia al tan deseado final feliz como se espera en los cuentos.



(*******SPOILER******** resulta que la chica es en realidad una princesa, hija del rey en mención y su madre es un hada, hermana del hada que está contando todo, o sea que la Bella resultó ser prima del príncipe y la susodicha suegra es la tía “porque es hermana del rey” y su tía es también el hada, entonces Bella es mitad humana mitad hada, ¿qué sale de eso? Qué enredo, ¿no?😒)

No digo que el relato estuvo mal, fue necesario y está bien construido, pero me pareció muy aburrido, esa trama que envuelve ese lío entre las hadas no le entendí mucho (creo que me falta para escribir fantasía) que si la buena, que si la mala (vieja sinvergüenza enamorada de un niño) que si se enamoró del rey primero y él la mandó a la goma vengándose por eso ella después y que luego cría al príncipe para después querer casarse con él ¡qué asco! 😵 (mi estomaguito se revolvió con esto, es que detesto esas tramas de viejas desubicadas que se enamoran de chicos con una diferencia de edad entre quince y hasta veinte años, porque en la vida real también las hay y lo odio también en los hombres, viejos verdes ridículos enamorando chavitas que podrían ser no hijas sino nietas😡) en fin, ya me salí del tema pero como dije es un solo enredo la historia que si no le pones atención no le vas a entender nada. Hay razón que esta parte de la historia haya sido “cortada” de las versiones posteriores, limitándonos a mostrarnos sólo una porque esa hada mala, es como la bruja de Blancanieves y la madrastra de la Cenicienta. Pero al final lo bueno prevalece y todos quedan felices comiendo perdices.
En prosa me gusta más esta versión porque es más “literaria” que el cuento.


Versión Beaumont:
Publicada en 1757 Jeanne-Marie Leprince de Beaumont fue la encargada de dar vida al cuento más popular y a la versión más usada (o apegada) en las adaptadas para cine y televisión, cortando de tajo ese tema de las hadas y el origen de la Bella que presentó Villeneuve (algo que yo aplaudo) pero reduciendo la historia a un cuento más sencillo y apto para niños.

Cuenta que un rico comerciante que tenía seis hijos (tres varones y tres mujeres, no doce como la versión anterior) de repente pierde toda su fortuna, quedándole únicamente una casita de campo a donde debió mudarse y trabajar la tierra como cualquier campesino. Un año después el hombre recibe la notificación de que uno de sus barcos, en el que tenía mercadería, acababa de llegar a puerto, por lo que despidiéndose de sus hijos (las hijas que le pidieron regalos ostentosos a diferencia de Bella que sólo quería su rosa) se va en busca de su fortuna con tan mala suerte que se encontró con un pleito por su mercadería por las que pasó muy malos momentos debiendo regresar entonces a su casa tan pobre como al principio. En el regreso debía pasar por un gran bosque siendo que se perdiera en él debido al mal tiempo por el frío (una nevada) y justo cuando piensa que va a morir de hambre y congelado o por los lobos, al final del sendero una luz llamó su atención y al acercarse vio que se trataba de un gran palacio.

En sí, la versión de Beaumont no dista mucho de la de Villeneuve pero si es más resumida y de lenguaje comprensible. El comerciante que agradece la atención que se le brindó sabe que debe irse y seguir su camino pero sin olvidarse de llevarle a su hija la rosa que le pidió, por lo que al ver la enramada arranca una siendo sorprendido por la Bestia en ese momento que le reclama su traición por lo que lo condena a morir. El hombre le explica que la rosa es para su hija que se la ha pedido y la Bestia reconsidera la sentencia diciéndole que puede ir a despedirse de sus hijos y que lo perdonará siempre y cuando una de sus hijas regrese con él voluntariamente para ocupar su lugar. El hombre triste no tiene más remedio que obedecer y al contarle a sus hijos lo que pasa, Bella no duda en ocupar su lugar regresando con él al palacio de la Bestia y quedándose con él. Sin embargo el lujo y la atención no son suficientes y aunque siente agradecimiento y cariño hacia la Bestia, su deseo es volver a ver a su padre y hermanos sólo que acá hay un cambio significativo a la versión de Villeneuve; En el relato anterior él le pide volver dándole un plazo para hacerlo porque si no morirá, en el cuento de Beaumont él la deja ir (o sea que la libera) diciéndole que morirá de pena por su partida por lo que ella le dice que no será así y que volverá en el plazo de ocho días. A pesar de las intrigas y planes de las hermanas envidiosas por hacerla quedar mal y que la Bestia la odie y muera por su culpa, la Bella logra volver sólo para encontrarlo moribundo en el jardín, (en donde ya lo había soñado agonizante) y diciéndole que se quedará con él y que será su esposa, es suficiente para que su muestra de amor rompa el hechizo y le muestre al hermoso príncipe que había bajo la piel de la Bestia. Él le cuenta que un hada mala lo hechizó, obligándolo a tener esa apariencia hasta que una doncella pura y buena, llena de virtudes y bondades consintiera estar con él voluntariamente a pesar de su apariencia y quisiera casarse con él. Ella feliz por la revelación afianza aún más sus sentimientos aceptándolo como marido y en ese momento, un hada buena le aparece y le hace traer a su familia. El hada está ahí para recompensarle su bondad así también como para castigar a las envidiosas hermanas por su mal corazón, convirtiéndolas en estatuas para que, siempre tengan la conciencia de saber a su hermana feliz y sufran por eso. Y esa misma hada los traslada al reino del príncipe donde Bella se convertirá en princesa por su matrimonio con su amado y luego en su reina, gozando hasta el fin de sus días de una felicidad perfecta.



Como dije, la versión de Beaumont es más condensada (y mucho más corta) que la anterior. Acá no hay relato de hada buena ni mala, que cuente la “precuela” de la historia del príncipe ni de ella, ni hay verdadero origen. En el cuento de Beaumont ella es simplemente la hija de un comerciante y que al final, por su bondad y virtud se convierte en princesa por haber roto el hechizo de la Bestia descubriendo al príncipe en él. (Por eso me gusta más en cuestión de trama) Una versión no sólo más “digerible” sino también muy apta para los niños a diferencia del relato original que es más extenso, enredado y oscuro. Esta es una mejor lectura si se desea ser precisos e ir directo al punto sin tantas vueltas. ¿Has leído las dos versiones de la historia? ¿Notan sus diferencias? A pesar de todo lo único que se mantiene —aparte de los protagonistas— es la permanencia de los elementos esenciales; la rosa, el espejo mágico y la biblioteca (el amor de Bella por los libros) así como la apariencia del monstruo que se le describe entre una mezcla de elefante y jabalí y obvio también, los personajes secundarios (padre y hermanos y hermanas “envidiosas iguales a la de Cenicienta”😒) y el tan ansiado final feliz cuando se rompe el hechizo y se quedan juntos los enamorados.

Imagen del cuento que data de 1874
Versión de Disney de 1991 (Yo tengo las figuras y la rosa)

Obviamente la famosa versión —animada— de Disney de 1991 ha sido la más reconocida en las últimas décadas por tener una mejor adaptación de las historias conocidas, eliminando a los hermanos de Bella, el que su padre era comerciante y limitándonos a presentarnos a una sola hada que es la que hechiza al príncipe (yo amo el prólogo y tengo un libro de lectura de esta versión) los sirvientes también hechizados en objetos que los libros no mencionan y la aparición de un necio pretendiente que al final se enfrenta con la Bestia (más que todo por orgullo y vanidad) aunque también exista una película (francesa) que se apega más a los cuentos originales, cambiando siempre ese lío de las hadas y el castigo de la Bestia (deberían verla, no está mal, es atrayente) sólo que el final no me gustó. 
Versión francesa del 2014

En fin. La Disney en sus “live action” apostó a la versión de carne y hueso de su adaptación de 1991 modificándola también con ligeros cambios, haciendo que de nuevo al decir “La Bella y la Bestia” se piense de inmediato en el trabajo de la productora y no en otro. (Pasa a leer mi opinión aquí)

"Live action" de Disney del 2017 basada en la del 91 (yo tengo un
balde con la imagen de la rosa encantada y un hermoso llavero
recuerdo del cine)

Espero que te haya gustado este post y si es así compártelo.😊 Te invito a leer las historias de las autoras Villeneuve y Beaumont y juzga la versión que mejor te parezca (yo debí omitir algunos fragmentos de ambas historias que me hubiese gustado compartir por no hacer más extenso el post) porque sea en lectura, o en cine o televisión, sin duda estamos ante una “fábula ancestral” como bien lo dice la canción de Disney porque esta es una de las más hermosas historias de amor que se conoce, en donde se enseña que lo esencial no está en los ojos, ni en la apariencia, sino en lo que hay más allá, en las virtudes, en la bondad y en el corazón.
Y una recompensa hay al final.

miércoles, 5 de agosto de 2020

El Fantasma de la Ópera - Gaston Leroux


Título: "El Fantasma de la Ópera"
Autor: Gaston Leroux
Género: Novela Gótica
Publicación: 1910
(La imagen de portada muestra la primera edición americana de 1911)

Publicada en sus inicios por capítulos y viendo la luz como libro en 1910, El Fantasma de la Ópera sigue siendo sin duda —hasta nuestros tiempos— una de las obras maestras de la literatura por excelencia, en donde el autor (como buen reportero) se dedicó a investigar sobre este misterioso personaje hasta llegar a tener las pruebas y dar fe de que realmente existió. En la novela se mezclan el romance, el drama, el terror y la tragedia, llevándola entonces a catalogarla dentro del género gótico porque trata de un ser que aterroriza la Ópera de París pero que también se siente atraído por una joven cantante lírica a la que llega a amar con locura, ya que ella sólo lo conoce como el “Ángel de la música” y lo admira como su mentor. (Uno que cree, su difunto padre le envió) Sin embargo, el corazón de la joven tiene dueño, ella ama al vizconde Raoul de Chagny, amor de su infancia por lo que el Fantasma sabe que no podrá ser correspondido como lo desea por tener semejante y apuesto rival.

Esta es una de las obras que conocí siendo todavía una niña y no precisamente por leerlo sino por ver la película, (ya ni recuerdo qué versión) y de ahí me fui interesando por la historia hasta después ver otra versión y ya más adelante conseguir leer entonces la versión original del autor, pero como pasa con las obras clásicas, en cada edición editorial (en Español) se presentan diferencias, mínimas pero las hay y al menos yo soy de las que ama los nombres originales: Christine no Cristina, Raoul no Raúl, Philippe no Felipe y ese largo etc…
Por ejemplo:
Una versión dice: “El Fantasma de la Opera ha existido.”
Otra dice: “El fantasma de la ópera existió.”
Capítulo I: ¿Sería el Fantasma?
Capítulo I: ¿Es el fantasma?
¿Me explico? Desearía leer la mera versión original, esa escrita por el autor de su cabeza, a su mano y al papel, porque con cada edición (o editorial) el orden de las palabras va cambiando, aunque la idea sea la misma, y eso me encrispa. ¿Alguna edición original por el amor de Dios? Lo agradeceré mucho.

Pero volviendo al tema, para quien gusta de las obras clásicas de la literatura (como yo, que quiere volver a saborear a “Drácula” y al “Jinete sin Cabeza” sí, amo releer los clásicos) encontrará la lectura fascinante, atrapante y absorbente a pesar de ciertos capítulos que pueden llegar a ser aburridos o hasta confusos por las vueltas y vueltas de algunas escenas, especialmente cuando la policía trata de saber a ciencia cierta sobre todas las “travesuras” que comete el Fantasma a los inquilinos de su teatro, incluyendo los asesinatos y dimes y diretes entre los directores, las advertencias de madame Giry y un lío sobre los veinte mil francos que hay que pagarle al Fantasma y que se vuelve un dolor de cabeza para los directivos del teatro que ni viendo caer la pesada araña en plena función y las vicisitudes en el famoso palco N. 5, ni así se creen lo que pasa hasta que las cosas toman otro giro más macabro que les obliga a tomar decisiones. Por eso ¡ojo! Una cosa es el libro y otras, las versiones para cine y televisión, incluyendo el famoso musical de Webber y es algo que no se debe confundir ya que, aunque la idea es la misma, el resultado no es igual. Una cosa es la obra de fantasía sobre las tablas de un teatro en una ambientación musical seductora, misteriosa y romántica y otra muy distinta, es el escrito de Leroux que es más lúgubre y más intenso, de ahí el que yo siempre critique las atribuciones que se dan siempre con las obras que son de dominio público. Sin embargo, yo gusto de ambos porque el musical es bellísimo en la producción de Schumacher en el 2004 y por eso me fascinó. Pero yo quiero referirme al libro.

La obra de Leroux apenas sobrepasa las trescientas y pico de páginas (en el formato que yo tengo) y obvio no es ninguna lectura ni ágil, ni fresca como las que todos quieren leer hoy en día y se pretende escribir también para tener lectores (para mí una lectura catalogada así es sinónimo de simpleza) El cambio de personajes para el cine y televisión o de tramas o de plano la eliminación de algunos, me parece imperdonable y el no mantenerse fiel al escrito original es una falta de respeto hacia su autor. En una versión por ejemplo, el prota es Philippe y no Raoul, (o sea, el conde no el vizconde) el padre del Fantasma es uno de los directivos del teatro y por amor a su difunta mujer (a la que amó mucho) lo ha mantenido oculto en los sótanos del lugar debido a su fealdad. En el musical de la producción del 2004 vemos que Buquet es ahorcado a mitad de la película cuando en el libro es al principio y en este mismo musical, se le da mucha importancia a madame Giry porque ella pasa prácticamente a ocupar el lugar del Persa. En el libro ella sólo es un personaje más, en la película del 2004 parece más importante al grado de narrarle la historia de Erik a Raoul (y no como está en el libro sino parecida o sea, tomando poca referencia) en el libro es el Persa quien hace todo esto pues es un personaje muy importante por quien se saben muchas cosas gracias a su relato en los últimos capítulos concernientes a los secretos del “maestro de trampillas” como llamaba al Fantasma y es gracias a él que el vizconde logra llegar hasta los sótanos de lugar para rescatar a Christine y con quien pasa una serie de acontecimientos que por poco le hacen perder la razón, ¡¿por qué eliminar a un personaje tan importante como el Persa?! ¡ah! Y otra gran diferencia entre el libro y el musical es que Webber creó unas piezas liricas sublimes y magistrales sustituyendo entonces al Fausto de Gounod y a la Margarita por una dulce presa que el Juan Triunfante va a arrastrar hacia su deseo y lujuria en donde dicen que “arderán” Excitante, ¿no? En el libro cada personaje tiene algo que contar (y son varios) pero son escenas que para el cine y televisión fueron eliminadas, reduciendo la trama, al drama del trío principal y a uno que otro secundario como al Buquet, a Giry, a la Carlota (de la Sorelli ni sus luces) y a los directivos del teatro.

Lo cierto es que el musical muestra a un ser misterioso y seductor que solamente tiene una marca en la cara y por eso se obliga a cubrirse con la máscara y no dejarse ver. En el libro se le describe con horror y como un “cadáver andante” “un muerto viviente” pero como bien lo dice el comentario en la presentación del libro (que tengo) que; “el lector sólo encontrará compasión por y para su protagonista (…) La malvada es la sociedad que lo ha condenado de antemano” y esta es una gran verdad.

Después de volver a revivir esta aventura (me pasa en esta clase de libros que no quiero terminarlos y cuando lo hago me siento triste) no puedo más que también, revivir mi cariño por Erik porque esa es la realidad, yo desde el principio (desde niña) me incliné por el personaje sin que me importara su apariencia, es que su fealdad puede ser sustituida, tal vez no por amor carnal pero si por un fuerte cariño, (o yo seré la única loca a la que le pasa) melancolía y nostalgia que me produjo desde la primera vez que lo conocí (y me hizo llorar el final cuando muere) es por eso que cuando vi la versión del musical en la película, di de brincos cuando miré al apuesto de Gerard que iba a encarnarlo, acá si puedo decir que me enamoré de él y lo seguí amando. (Que me cante, que me cante, ¡por favor que me cante al oído! ¡Amo ese soundtrack!) Y deja la duda de su destino, en el libro muere, en la película del 2004 simplemente desaparece pero manteniéndose siempre cerca de su amor como lo dejan ver al final. Sí, debo ser la única en el mundo que se siente atraída por este personaje, por un protagonista diferente que te hace creer que el amor nunca muere.

¿Conoces al Fantasma de la Ópera? Te invito a leer o a releer la maravillosa obra de Leroux que en mi opinión debe ser “lectura obligada entre los clásicos de la literatura” y déjate arrastrar a ese viaje por el tiempo en donde el mágico escenario del Garnier y la trama misteriosa, entre música, drama y romance te envolverán hasta concluir la travesía y no querer volver al tiempo real.
Este efecto atrapante sólo lo logran pocos libros y la pluma de Leroux, es una de ellas.