Por amar sin ley
Debo decir que dejé de ver “telenovelas”
hace más de una década y aclaro que no soy dada para los melodramas, me
gustaban algunas retro y eso sí, las que tienen esa trama de época y ese
fascinante contenido histórico. Obvio las conocí desde chiquita porque las
mujeres de mi familia han sido noveleras olímpicas, pero no todas captaban mi
atención, de hecho hasta ya siendo muy adolescente puedo decir que veía algunas
de principio a fin pero no era algo que me obsesionaba.
Y es que las telenovelas a mi
parecer perdieron ese “caché” ese ingrediente que podía atraer a partir del
2010 para acá y estoy siendo benévola al decir esto. Algo que no me gusta son
los “remakes” que han hecho de algunas, creo que las novelas noventeras y
ochenteras son las mejores, incluso esas que ya pasan del 2000 pero de un
tiempo acá esto se ha vuelto tan decadente que ya no me interesa ni los canales
ni las nuevas historias que dicen que transmiten.
Sin embargo siempre hay una
excepción, una que a veces miras por alguna circunstancia y te atrapa queriendo
saber más. No creí que me pasaría otra vez pero así fue y lo hizo “Por amar sin
ley”
Fue en Enero de este año, me
estaba muriendo de un dolor estomacal que me produjo vómito y el “corre que te
alcanzo” que ya no soportaba debido a una intoxicación por alimentos en casa de
una tía. Estaba en cama recuperándome de los malestares cuando una prima se une
a mí y acostándose también en la misma cama se pone a ver en la televisión ese
canal de telenovelas y que estaba la novela en mención. Recuerdo que no le puse
nadita de atención pero si algo me hizo volver en mí, el rostro de un hombre
con barba y ojos azules que al igual que yo en la novela estaba también
convaleciente y lo primero que le pregunto a mi prima es: ¿Quién es ese hombre tan guapo y qué tiene? Y me contesta, “no sé cómo se llama en la vida real, en la
novela se llama Leonardo y le pegaron un
tiro.” Y fue entonces cuando comienzo
a ponerle atención y a ver de qué trataba y entonces me di cuenta que era una
novela sobre abogados y ese tipo de cosas. En fin no creí que me atraparía pero
cuando vi a David Zepeda en su papel de Ricardo y la manera tan excitante en cómo
se desempeñaba en su papel dije “aquí me
quedo un rato”.
Fue así como comencé a verla y a
ponerle atención hasta que terminara en su “primera temporada” no se trataba de
una simple telenovela sino de una excitante serie que tendría una segunda parte.
Enganché a mi mamá a verla y ahora estamos fregadas esperando la tercera
temporada porque no nos pueden dejar así.
“Por amar sin ley” es una
historia de trama legal, una adaptación mexicana de la colombiana “La ley del
corazón” original de la escritora Mónica Agudelo según lo dice wiki. Como sea,
la historia adaptada por México me ha encantado. Las parejas me parecen
perfectas, los personajes muy bien elaborados y trabajados, unos queridos y
otros odiados. Es una serie que te mantiene en vilo de principio a fin, casos
muy reales y dramáticos y qué decir de estos abogados apasionados por su labor,
es una lástima que no existan abogados así en la vida real, a mí me urge que
alguien de Vega y Asociados me represente, necesito a un Ricardo, a un Roberto,
a una Victoria. Lo cierto es que es una serie muy bien hecha, casi perfecta
diría yo por lo que han logrado con cada escena. La más difícil para mí creo
que fue la muerte de la familia de Gustavo, caray qué actuación de hombre
frente al dolor, me encogió el corazón y ya en la segunda temporada creo que lo
que marcó fue la muerte de Alejandra, escenas muy bien trabajadas que en ningún
momento se va a decir que nadie supo actuar ni fingir. En “Por amar sin ley” no
hubo esa media tinta, todo estuvo bien hecho y cómo han dejado un final de
temporada “súper abierto” más les vale que sigan adelante porque no nos pueden
dejar así, la verdadera guerra comienza y es ahora cuando se sabrá el verdadero
peso de la justicia sobre los delincuentes. Fue un final de temporada
infartante, con sorpresas inesperadas pero con un equipo de abogados más unidos
que nunca que no descansarán hasta llegar al final y hacer que la justicia
verdaderamente se haga valer haciendo que el peso de la ley caiga sobre quien
lo merezca así sea lo último que hagan por amor a su profesión y por su
compromiso con cada ciudadano que cree en ellos. Esto es lo apasionante de la
serie, una trama muy bien escrita o adaptada para la televisión e
interpretaciones de lujo cuidadosamente escogidas que ha hecho de la serie para
mí, de lo mejor que he visto en los últimos diez años.
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