Título: La Dama de las Camelias
Autor: Alejandro Dumas (hijo)
Año: 1848
Género: Drama, Novela romántica/autobiográfica
Cuando tienes un gusto por la literatura clásica y vuelves
a ellos, la impresión que tienes es dividida; a veces como la primera vez, a
veces como si la conocieras de toda la vida. ¿Les pasa o sólo a mí?
Sin duda, una obra inolvidable de la literatura es La
Dama de las Camelias de Alejandro Dumas (hijo) no sólo por la historia en sí
sino por su manera de narrarse, ya que la protagonista es una difunta, cuya
vida se conoce por dos narradores; las investigaciones del escritor y el
protagonista que la amó. Se trata de una novela corta de 27 capítulos que se
lee en un suspiro. La obra inicia con las reflexiones del autor, justo después
de conocer la historia en su totalidad, partiendo la narración desde el momento
en que la protagonista ya ha muerto y sus cosas están en subasta para pagar las
deudas que dejó. El tema principal que nos hace ver la historia es la
prostitución de la protagonista pero que debido al tiempo que sucedió y al
estilo narrativo del autor, sumado a cómo acontecieron los hechos, es una
lectura agradable, de pluma elegante y narración respetuosa que en ningún momento
da detalles íntimos descarnados ni explícitos que pueda resultar chocante para
el lector, al contrario, es una obra que merece la pena conocer de principio a
fin y así, como lo dice el autor, hacerse uno mismo un juicio del personaje que
es imposible llegar a señalar de manera acusatoria. La historia es drama desde
el inicio así que si eres muy sensible, ten a la mano los pañuelos porque el
nudo en la garganta y las lágrimas parecen ser inevitables.
“A mi juicio, no se pueden crear personajes sino después de haber estudiado mucho a los hombres, como no se puede hablar una lengua sino a condición de haberla aprendido seriamente. Como no he llegado aún a la edad de inventar, me limito a relatar.”
Así inicia el libro, adentrándonos a conocer a Margarita Gautier, hermosa cortesana de París que gracias a sus favores y a sus exclusivos amantes, goza de una vida de lujo, en la cual derrocha sin preocuparse por su futuro y viviendo el presente, ya que, detrás de esa aparente “vida feliz” de fiestas, teatro, joyas, costosos ramos de Camelias y dinero, no sólo sacrifica su cuerpo sino su delicada salud; ella padece de tisis (tuberculosis) y no vivirá mucho tiempo, por eso su actuar libertino que trata de disfrutar sin medir los gastos que al final la llevarán a la miseria. Ella ignora que los ojos de un hombre diferente la han visto con amor desde hace tiempo atrás y no sólo con deseo y es así, como conoce a Armando Duval, un abogado de clase media que jamás le podrá dar los lujos a los que ella está acostumbrada pero que le entregará lo único que tiene de valor y que ella jamás tendrá de los otros; su corazón y su amor, permitiéndole ella entonces entablar una amistad que poco a poco a ella la irá cambiando porque se da cuenta de que él se preocupa por ella como jamás lo han hecho otros, sin embargo, Margarita le condiciona a la única relación que ella le puede ofrecer, y él aceptando todo a ciegas como un amante inmaduro y enamorado, empieza un tórrido romance en una relación que a la larga los herirá con latigazos de amargura. Armando deja de ser el hombre que ha sido y para hacer a un lado los celos que lo atormentan cuando la sabe a ella en otros brazos, se lanza entonces a los juegos, donde el apostar le hace distraerse de su realidad. Cuando ella rompe relaciones con los amantes adinerados que la sostenían (por darle gusto a él) y pasa unos meses de idilio con Armando en el campo, comienza a darse cuenta que se ha enamorado de él y que está dispuesta a vivir en la modestia pero arropada con el intenso amor que él le da. Para ambos esos meses son los más felices de sus vidas y cuando ella ya ha empezado a hacer sacrificios, vendiendo o empeñando sus cosas de valor para no tener que ser una carga para él y cuando él se da cuenta y la ama más por ese actuar, es cuando se dispara el error que llevará a pique la relación destruyendo todo. A sus espaldas, Armando decide poner su fortuna personal, heredada por su madre en manos de Margarita y darle una sorpresa, para eso va a visitar al notario de su padre que lleva esos asuntos legales y le expone su deseo, advirtiéndole que por favor su padre no se entere de sus planes, cosa que el notario no obedece y es lo primero que hace. Días después el padre de Armando llega a París y empieza la confrontación entre padre e hijo, negándose este segundo a dejar a la mujer que ama sin importarle nada más, haciendo entonces que su padre tome otra resolución, lo que provoca el cambio en Margarita hacia él. Un día que Armando regresa de buscar a su padre, ya no le encuentra a ella en el campo, lo ha dejado definitivamente, diciéndole en una carta, que para cuando él la lea, ella ya tendrá otro amante. La locura de Armando es casi demencial y sabiendo que la ha perdido regresa con su padre, pero el asunto no acaba ahí. Con el tiempo Armando se recupera y decide volver a París y buscarla, pero para vengarse y hacerle pagar su traición. Se busca otra amante, conocida de Margarita y entre los dos, lanzan esos dardos de veneno y odio, que al final terminarán con su delicada salud, llevándola a postrarse en su cama. Una última vez, ella lo busca, él se debilita y vuelven a entregarse, pero al final, ella regresa a su vida y Armando, dolido como siempre, la hiere y humilla como sólo se le hace a una querida, asunto que lleva a Margarita a sufrir y a alejarse definitivamente de él y él también decide irse de París lo más lejos posible. Con el tiempo, la salud de Margarita empeora y más, cuando los acreedores comienzan a acosarla, embargándole todo y esperando únicamente el momento de su muerte. Para ese tiempo es cuando escribe sus memorias para que le queden a Armando, dando instrucciones de que dichos papeles le sean entregados a él. En su agonía, la única esperanza de la chica es volver a verlo antes de morir, cosa que jamás sucede. Cuando Armando se entera de su gravedad le es tarde y ya no logra encontrarla a su regreso a París. La mujer que él tanto había amado, ya estaba muerta y los acontecimientos posteriores los sabremos tanto por él mismo como por el escritor, ya que este segundo, yendo a la subasta hecha de las cosas embargadas a Margarita, compra un libro que Armando le había regalado a ella y cuya dedicatoria le había parecido extraña. Armando, haciendo sus averiguaciones al respecto, da con él, le ruega le ceda el libro y es así como estos dos hombres se conocen, se hacen amigos y Armando le cuenta su historia con la señorita Gautier, luego de haberse atrevido a exhumar su cuerpo para cerciorarse de que se trataba de ella y enterrarla en un lugar más digno. El escritor ve en Armando a un hombre devastado y al conocer su historia y luego el escrito de Margarita, hace que merezca la pena el plasmarla, ya que al final de todo, Armando conoce el sacrificio que Margarita hizo por amor a él y a su familia cuando lo dejó, cosa que no lo haría una mujer cualquiera sino una verdaderamente excepcional, que murió sola y en la miseria por amor a él.
Y sí, concuerdo con el autor de que es una historia que merece conocerse.
La impresión que deja el libro es de profunda tristeza, yo soy de las que piensa que este tipo de historias es para leerlas una sola vez, sin embargo, La Dama de las Camelias hace un fuerte eco y hasta puede convertirse en lectura obligada por ser un clásico de la literatura que al final deja de una lección que aprender. Lo que encierra la historia basada en hechos reales y su manera de haberse plasmado en rico lenguaje, hace del libro una lectura adictiva y fascinante, con frases y reflexiones que se pueden atesorar, pero con una resaca literaria que difícilmente se puede sacudir. Tanto así, que por primera vez en mi vida, (y no sé por qué) tuve la necesidad de escribir una carta a un personaje literario, pasa a leer aquí.
Si bien La Dama de las Camelias es una historia basada en una persona real que conoció el autor del libro y con quien dicen, tuvo un romance, es obvio que tiene sus diferencias con respecto al escrito con el que quiso inmortalizarla, dejando íntegros algunos sucesos y personajes que menciona de manera sutil. ¿Se habrá perfilado Dumas a él mismo en el papel de Duval? Es posible la semejanza. Lo cierto es que la verdadera “Margarita” que se llamaba Marie Duplessis si murió muy joven y de tuberculosis, pero no sola ni en la miseria como pasó en el libro, sino casada y convertida en condesa.
Y tú que conoces la historia, ¿qué impresión tienes del libro?