Con mucho entusiasmo ya pronto les voy a compartir una nueva historia (muy diferente a la saga de Ocaso y Amanecer) se trata de una historia que compartí desde el mes de Abril del año pasado y por haber tenido un giro en Junio me vi obligada a cambiarla, su título original era "El Sol y la Luna" (una historia con matices reales) pero al haber otros personajes que también se llevan el protagónico me fue imposible centrarme en una sola pareja así que preferí hacer cuatro historias por aparte, igual no son un seguimiento (se pueden leer de manera independiente) pero si están vinculadas (por ser hermanas) y la primera de ella es APS Minerva, a continuación les comparto la portada, sinopsis y prólogo de esta historia, espero conozcan a mis chicas, que les gusten y les den una oportunidad.
Sinopsis
Minerva…
Minerva Warren es redactora y trabaja para una
prestigiosa revista en la ciudad de Ontario, California…
Junto a su prometido escribía su historia de amor con
el deseo de verlo publicado por una editorial…
Pero la desgracia truncó sus planes de amor…
Del trabajo a su casa y de su casa al trabajo, así es
su vida desde que lo perdió en un accidente…
No le interesa el amor más que en sus escritos… No
puede olvidar al hombre que amó…
Rick Brighton llegará en el momento inesperado… para
convertirse en su asesor editorial, la compañía para la que trabaja se interesa
en el libro…
Pero la relación no será como la esperan…
Él le sugiere
dejar la cursilería y escribir con más pasión, le sugiere dejar a un lado el
amor para enfocarse en la lujuria y el erotismo…
Ella se rehúsa cambiar una sola letra de su obra y la
lucha comenzará…
Él detesta el escrito, ella lo detesta a él…
Él detesta a la testaruda que tiene que asesorar y
ella detesta al idiota que quiere cambiar su trabajo.
Pero cuando ambos se conozcan más a fondo y toquen sus
almas saliendo sus demonios a la luz, ¿Las cosas cambiarán…?
¿Alguien cederá?
Más o menos…
Prólogo
Ontario, California, Junio 8, 2011
—Leonardo mi amor que bueno que me llamas, estaba
preocupada por ti —Minerva estaba feliz al tener noticias de su amado.
—Lo sé mi vida, yo también me siento feliz de escuchar
tu voz —El joven empresario regresaba de inspeccionar el surtido de material
que había llegado a una de las bodegas de la empresa familiar, manejaba con el
teléfono en mano.
—Amor ya sabes que no me gusta que me llames cuando
manejas, es peligroso y además está lloviendo, te espero en el apartamento,
¿Está bien? Voy a consentirte esta noche.
—Mmmm… me encanta esa idea, solamente llegaré a
dejarle el informe a mi padre y luego me voy para allá, voy a hacerte el amor
como un loco, te deseo tanto.
—Amor pero si te fuiste ayer por la mañana. —Minerva sonreía
y se preparaba para salir de su oficina.
—¿Y qué? Ya sabes que te deseo con locura, quiero
estar contigo a cada momento, eres el aire que respiro, así que quiero que
estés preparada.
—Eres muy galante y me encanta que seas así. Hoy llegó
un paquete como regalo de boda, pero era comestible, se trata de algunos
frascos en cuenta aceitunas, pepinillos, cerezas y chantillí.
—Veo que quieren que no salgamos de la cocina, prepara
el chantillí, voy a darle un buen uso.
—Lo mismo pensé yo. —La chica sonrió, se mordió el
labio y se sonrojó—. Aunque también pensé que tendría más tiempo para seguir
escribiendo al salir de la oficina.
—¿O sea que prefieres un libro que a mí? —Leonardo
fingía indignación.
—Nunca mi amor, sabes que no, pero quiero escribir
nuestra historia, algo nuestro, sólo tuyo y mío.
—Lo sé cariño, sólo bromeaba, escribe todo lo que
quieras, quiero ser el mejor protagonista, pero primero te voy a inspirar y
luego te pones a escribir pero mañana, hoy quiero hacerte el amor y luego,
volver a hacerlo y después volver a hacerlo…
—Eres insaciable —Minerva se acaloró, la plática con
su prometido la estaba excitando.
Al momento, el sonido de la bocina un auto y de llantas
frenando sonó por el móvil, Minerva se asustó;
—Leonardo, Leonardo, ¿Mi amor estás allí?
—Aquí estoy cariño, un idiota por poco me saca de la
carretera, pero lo esquivé.
—Mi amor, me asusté, te espero en nuestro nido de
amor, maneja con cuidado.
—Estoy bien cariño, no te preocupes.
—No quiero seguir hablando por teléfono, siento el
corazón el pecho.
—Tranquila mi vida, maneja tú con cuidado, no te
pongas nerviosa, llegaré en aproximadamente dos o tres horas y ten todo
preparado.
—Por supuesto mi amor, te voy a consentir con una
deliciosa cena y luego con el postre.
—Mmmm…y espero con ansias el postre.
—Yo también. —Minerva comenzó a sentirse mojada.
—Gracias por hacerme tan feliz cariño, anhelo que
llegue el día de nuestra boda, llevar el anillo y presumirte ante todos como mi
esposa, no sabes cuánto te amo mi amor.
—Yo también lo deseo mucho, unir nuestras vidas para
siempre y ser la madre de tus hijos. Te amo…
—Yo también te amo, espéram…
Un brusco freno se dejó escuchar de nuevo y un sonido
de estruendo también. Lo único que Minerva pudo escuchar fue el grito de su
amado y la sangre de sus venas se le congeló;
—¡¿Leonardo?! ¡¿Leonardo?! ¡Aló! ¡Aló!
Él no volvió a contestar.
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